jueves, 10 de mayo de 2012

Entre patatas y escayolas

..Así me he sentido esta semana, pintando un figura de escayola y a la vez "qué hora es?!", corriendo a preparar la comida, limpiándome las manos del pan de oro para no meter en la cazuela restos de pintura o material mientras cortaba patatas...y es que aparte de estar de celebración ( cumple de mi peque..), no he parado esta semana y no he podido actualizar estos dos últimos días; pero voilà!, aquí tenéis el por qué:




Bueno, esto es antes de darle la pintura: está con la capa de yeso inicial, ahora veréis las diferentes etapas..Se trata de una talla de escayola compacta o maciza ( dado su peso) que debía restaurarse por completo y repintarse. Lo primero fue por tanto la capa de yeso para cubrir la pintura anterior y despúes esperar un día antes de repintar, con colores acrílicos, que se secan mucho antes:

 



Elegí tonos ocres, blanco roto, oro antiguo, burdeos y canelas, colores que dotasen de calidez a la imagen, que por la temática religiosa creo que eran los más adecuados. Aparte la talla, de imitación románico-gótica, carecía de una expresión gestual, tanto la madre como el niño, siendo necesario "dulcificar" un poco los rostros y darle a su vez cierto aire antiguo, como imagen de ermita abandonada o envejecida por el tiempo.

En este sentido fue fundamental emplear la técnica del pincel seco, esto es, aplicar el color y una vez seco, con un pincel ancho y seco, dar trazos de pintura blanca algo difuminada y no uniformemente que acentúen el efecto de desgaste. Para este objetivo también se emplean otras técnicas y materiales como el talco.

A continuación vemos ese efecto de las pincelas o brochazos más bien con blanco "viejo":








Pero como la pobre figura seguía sin tener cara era el momento de afinar mucho la vista y el pulso y coger los pinceles más finos para diseñar la boca y la comisura de los labios, dibujarle la sonrisa, enmarcarle los ojos y hacer que nos miren ( o miren al niño al menos)  con ese pequeño toque de  brillo de las pupilas:


 



Hacer el rostro fue un proceso largo y laborioso; es la diana de las miradas del espectador por eso era necesario esmerarse. El paso siguiente, envejecer la figura; ¿cómo? betún de judea y cera de abeja ( se pueden utilizar juntas o separadas, yo le di varias capas de la mezcla con un trapo seco):




Luego, probando colores, que al final no me convencieron...




Y por último, la decoración del manto a modo de filigranas y roleos vegetales realizadas con pintura dorada ( al alcohol, por eso se emplea al final, sobre la mezcla de betún y cera que son materiales grasos) y los retoques de última hora..








Aunque en las fotos no se aprecie bien por el brillo, los detalles dorados daban "señorío" a la talla siendo su única decoración, ya que no soy partidaria de demasiados excesos en este tipo de figuras, creo que deben destacar si acaso por su rostro y no distraer mucho la atención para no caer en el efecto "pastiche".


Bueno hasta aquí pr hoy..espero que os haya gustado el proceso de "restauración" de la figura que tanto me ha absorbido esta semana, prometo volver el lunes con novedades y.. aunque parece que me he olvidado, no!!seguid enviándome flores por favor!!!!

¡Feliz ( y caluroso) fin de semana!!!





4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias!!me ha llevado mucho tiempo pero ya vuelvo a cosas más relajadas!!

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  2. me encantan las filigranas del manto!

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    1. Sí, a mi me gustó mucho hacerlas, le iba a poner más por la parte de atrás pero se recargaba mucho

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